Tras conquistar La Voz Kids, la agrupación lanza su primer disco, prepara un segundo álbum y anuncia colaboración con Andrés Cepeda. Estas jóvenes promesas del folclor colombiano están listas para llevar la carranga más allá de nuestras fronteras.
La historia de Carranga Kids comenzó en los descansos del colegio, como un homenaje familiar, cuando Sara Lu —requintista y segunda voz— quiso rendir tributo a su abuelo fallecido, quien le enseñó a amar este género netamente colombiano. Hoy, ese homenaje se ha convertido en un proyecto musical sólido que no solo honra sus raíces, sino que las reinventa para nuevas generaciones.
A pesar de algunas críticas —principalmente por desconocimiento entre lo que es un cover, una respuesta o una reinterpretación—, la propuesta de los niños ha sido recibida con entusiasmo. “Al Campo Me Fui” y la canción homónima del álbum también se han destacado por su frescura, calidad interpretativa y mensaje positivo.
Mientras continúan la promoción de su disco debut, Carranga Kids ya están trabajando en su segundo álbum, también bajo el sello Universal. Uno de los grandes atractivos será la participación del reconocido cantante colombiano Andrés Cepeda, quien grabará junto a ellos una nueva versión del clásico “Los Sabanales”, la misma canción que los acompañó en la final del concurso.
“La carranga tiene mucho que dar, pero también puede fusionarse con otros géneros”, comenta Jerónimo Arias, de 14 años, quien destaca que aunque al principio no era fan del género, terminó enamorado de él gracias a la conexión con sus compañeros.
En el grupo también están Juan José González y Esteban de Jesús Suárez, quienes, con apenas 10 y 12 años, ya han demostrado un talento innato para el escenario. La diversidad de influencias que cada uno aporta —desde el mariachi hasta el rock y la música urbana— les ha permitido crear un sonido único y versátil.
Además de sus raíces musicales, estos niños tienen claro que su éxito es también una plataforma para dar visibilidad al folclor colombiano y renovarlo sin perder su esencia. “Queremos que otros jóvenes se conecten con esta música, que sientan que es suya, que se puede bailar y gozar”, afirma Sara Lu, quien combina su amor por la carranga con la curiosidad por el reggaetón, la salsa y otros géneros populares.
Su objetivo ahora es claro: internacionalizar la carranga. “En otros países de Latinoamérica hay ritmos que se parecen mucho, como en Perú o Ecuador. Hay una oportunidad enorme de conectar culturas a través de la música”, añade.
Y así, mientras preparan nuevas canciones, graban videoclips y se entrenan para sus presentaciones en vivo, Carranga Kids sigue haciendo historia: demostrando que los niños también pueden liderar una revolución musical —esta vez, al ritmo del tiple, la guacharaca y el requinto— y que el futuro del folclor colombiano está más vivo que nunca.
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